se me ha ido quebrando el espiritu, lenta y pausadamente, como ese dolor de niño que nunca nadie entendió, como seudo-dolor de hígado, ¿cómo será mi muerte?...
1 comentario:
Marco Bedolla
dijo...
al parecer tu muerte fue rápida, sin sufrimiento, en donde tu madre expectante se quebraba al conocer la incertidumbre, tu espíritu estaba quebrándose desde hace tanto tiempo, y nunca lo supimos comprender, lo mejor que te paso es no haber sufrido y el haber estado acompañado de quien mas te amaba en tus últimos días, y sigo con la tristeza de saber que escribías esto y nunca prestar la atención debida, no sabia si en verdad era un sentimiento propio o una expresión sin sentido, pero al saber que te fuiste así, de esta manera, creo que en verdad se trataba de eso que no pudiste canalizar, y digo creo, por que jamás tendré la certeza de saber lo que en verdad pasaba por tu mente, a menos que existiera otra vida no terrenal en la cual ojala pudiéramos encontrarnos y me saques de esta duda que me acompañara toda la vida. tu muerte fue rápida, sin dolor directo al corazón, quizá una señal de tu inconsciente de ya no querer sufrir en vida, pero somos nosotros los que ahora sufrimos tu muerte.
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al parecer tu muerte fue rápida, sin sufrimiento, en donde tu madre expectante se quebraba al conocer la incertidumbre, tu espíritu estaba quebrándose desde hace tanto tiempo, y nunca lo supimos comprender, lo mejor que te paso es no haber sufrido y el haber estado acompañado de quien mas te amaba en tus últimos días, y sigo con la tristeza de saber que escribías esto y nunca prestar la atención debida, no sabia si en verdad era un sentimiento propio o una expresión sin sentido, pero al saber que te fuiste así, de esta manera, creo que en verdad se trataba de eso que no pudiste canalizar, y digo creo, por que jamás tendré la certeza de saber lo que en verdad pasaba por tu mente, a menos que existiera otra vida no terrenal en la cual ojala pudiéramos encontrarnos y me saques de esta duda que me acompañara toda la vida. tu muerte fue rápida, sin dolor directo al corazón, quizá una señal de tu inconsciente de ya no querer sufrir en vida, pero somos nosotros los que ahora sufrimos tu muerte.
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